Navegando en la red, he encontrado este vídeo que me trae muy buenos recuerdos.
En junio del 2010 tuvimos el gran privilegio de disfrutar de un dúo mágico que, en mi humilde opinión, esa noche entró en la historia del flamenco. A pesar del paso del tiempo, me sigue estremeciendo con la misma intensidad con que Rosario Flores y el Cigala, consiguieron que lo hiciera aquel verano, desde mi butaca de la tercera fila de la platea del Gran Teatre del Liceo.
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